Del 17.09.20 hasta 27.10.20

EXPOSICIÓN/ LOGO-DOLMEN. Marc Larré

Espacio 3.
Visitas: De lunes a viernes de 9 a 21 h.
Apertura al público: desde el viernes 18 de septiembre.
Exposición comisariada por Sema D´Acosta.
Ver galería de imágenes de la exposición.
Ver vídeo visita virtual exposición.
Ver vídeo conversación entre Marc Larré y Sema D'Acosta editado por CENDEAC.

Una de las virtudes sustanciales del trabajo de Marc Larré (Barcelona, 1978) es que pone en relación situaciones aparentemente inconexas para, desde su propia lógica poética, ofrecer una mirada alternativa a la realidad positivista que predomina en nuestra sociedad actual, un conocimiento epistemológico del mundo vinculado con el razonamiento lógico y los hechos empíricos. Alejada de esa visión pragmática, su obra plantea una posición diferente para aproximarnos a las circunstancias que nos rodean, una pausada observación de nuestro entorno donde cobran especial protagonismo las fuerzas complementarias que definen la constante contradicción inherente a los fenómenos y objetos cotidianos que determinan nuestro día a día. Dentro-fuera, negativo-positivo, duro-blando, contenido-continente, espacio-tiempo o pasado-futuro son algunas de las muchas dicotomías sobre las que reflexionan sus investigaciones artísticas, una confluencia de contrarios que posibilita crear un hiato o punto de fricción entre territorios supuestamente dispares, tal como ocurre por ejemplo con el título de la exposición, donde se unen dos conceptos de partida irreconciliables. Por un lado el dolmen, la manifestación cultural-constructiva más remota que conocemos junto con las pinturas rupestres; por otro, la imagen como reclamo comercial, el logo como emblema-símbolo de la modernidad. En este juego de dislocación existe un desplazamiento del sentido original de cada término que permite la aparición de un espacio nuevo de síntesis.  

La superación de la imagen como mero documento, la preocupación por la huella como representación o la reivindicación de los procesos artesanales, ha llevado al artista a entrecruzar disciplinas como la escultura, el vídeo y la fotografía. La experimentación continua con la dilatación de estos lenguajes genera un modo de hacer sustractivo que tiende a la economía de medios, un código personal que huye de cualquier artificio para acabar generando un tipo de sintagma visual sugerente y al mismo tiempo revelador.